Manual de Buenas Prácticas para la Gestión de Usos Turísticos de los Yacimientos de Arte Rupestre Levantinos Declarados Patrimonio de la Humanidad
La visita a un enclave rupestre es algo siempre excepcional. Cada yacimiento rupestre debe establecer las condiciones necesarias para realizar una adecuada visita, garantizar su conservación, limitar los riesgos de impacto cultural y facilitar los usos científicos, didácticos y turísticos. En cualquier caso, de manera general se proponen las siguientes actuaciones y medidas para mantener una calidad en los usos del yacimiento rupestre.
Cualquier intervención sobre el sitio rupestre debe ser reversible, minimizando el impacto visual y ambiental.
Los abrigos rupestres deben estar protegidos mediante un cierre adecuado a la morfología de su acceso. Es recomendable la instalación de sistemas de alarma.
Cada yacimiento con pinturas rupestres establece una capacidad de carga real, en función de la conservación, las características del enclave y la calidad de la visita, garantizando la seguridad de los visitantes.
Las visitas al yacimiento rupestre debe estar acompañado de personal cualificado que vele por la seguridad del sitio y de los visitantes.
Es necesario establecer acuerdos de colaboración con operadores turísticos que promocionen y gestionen productos turísticos de arte rupestre.
Es recomendable establecer una relación y colaboración entre los destinos de arte rupestre y posibles itinerarios o rutas, con museos y centros de interpretación de temática afín.
Es recomendable que los destinos de arte rupestre dispongan de un sistema de petición de información y reservas; al igual que de evaluación y control de las medidas de conservación, promoción y atención turística.
Es necesario mejorar la accesibilidad “para todos” de los yacimientos, rutas de arte rupestre y centros de interpretación.